
La imagen de una niña sin rostro sobre un fondo negro hizo que me acercara a descubrir a Samuel Bjørk. Este señor no sé si es así de retorcido en todas sus novelas, pero vamos, las lía pero bien en «Viajo sola».
Bjørk, noruego él, hila fino para conectar las vidas de varios personajes de esta obra en la que vemos paisajes comunes de los que llamados autores nórdicos. No sé si será el frío, la escasez de luz o qué, pero ahí cuando los personajes deciden ponerse a matar lo hacen con planes bien elaborados y meditados a lo largo de los años. No es un ir a matar porque si, qué va, por esos lares hacen el mal de forma organizada, con planes a largo plazo y en los que tienen que morir varios para que la cosa quede bien.
Al grano, aquí hay personajes que están mal, pero que muy mal, por eso va a la etiqueta de «gente loca». Porque colgar a un niña vestida de muñeca de un árbol para que alguien la encuentre es de estar perjudicadísimo. Y eso es sólo el principio.
Tenemos al asesino zumbado, a personitas colgando de un árbol, una secta dirigida por un pastor que tiene una visión, simpáticas enfermeras y un grupo de policías que son como la elite del detectar crímenes. Y también vienen con tara emocional, para darle color al argumento. ¿Quién es el asesino? ¿Por qué todo esto?
Viajo sola engancha si te gustan los libros en los que se mata a gente y siempre te queda la duda de si el asesino es quién parece ser a simple vista.
Viajo sola. Samuel Bjørk. Ed DeBolsillo.