Hace más o menos un año compré esta edición revisada de Neverwhere, la ficción de Neil Gaiman que me llamó la atención en mi sitio favorito de adquisición de libros por su portada. Dos relojes que parecen los ojos de un animal peligroso en la noche londinense. La compré y se quedó al fondo de la estantería, esperando un momento que no llegó porque olvidé por completo este libro.

Hace más o menos tres meses compré esta edición revisada de Neverwhere, la novela de Neil Gaiman al que decidí dar una oportunidad tras American Gods (no he podido terminarla de un tirón, sigue esperando que vuelva a sus páginas). En esta ocasión Neverwhere sí tuvo su momento de sprint lector. Quizá es que simplemente los libros tienen que llegar a nuestras manos en el momento adecuado. Esta vez lo era.

Richard Mayhew es el típico personaje con el que puedes llegar a identificarte. Tiene una vida normal pero siente que algo falla. ¿La vida es esto que se sucede día tras día?¿No hay más? Por eso su vida cambia. Porque cuando haces esa pregunta aunque sea en silencio abres la puerta a infinitas posibilidades. Estás dispuesto al cambio.

Mayhew encuentra en Puerta, la dulce y determinada Puerta capaz de abrir caminos a través de los muros, las posibilidades que necesita para que su vida sea algo real y no el producto de una deriva hacia lo establecido. Porque hay submundos que rozamos sin darnos cuenta, ¿no has notado vibraciones leves a tu alrededor?¿No has sentido en la noche como si alguien te observase?.

Son mundos en colisión y en paralelo.

O puede que no, que sólo sean producto de las mentes de escritores como Gaiman.

Neverwhere. Neil Gaiman. Ed Rocabolsillo