
Seguimos de ruta por el Mar Quebrado de Joe Abrecrombie tras las decisiones del ahora padre Yarvi en su obsesión por cumplir el juramento-sol y el juramento-luna (os recuerdo que cuando un personaje jura así, es que está jurando de verdad de la buena) de acabar con los asesinos de su padre. Así que lo que toca ahora es recorrerse Medio Mundo del mar Quebrado.
El caso es que Yarvi está un poco así como obsesionado perdido y a sus temas. Ahora es el momento de la entrada en escena de otro personaje en torno al que Abercrombie intersecciona el resto de historias. Es la especialidad de este autor, en cada libro cambia el protagonismo, lo hace virar hacia lugares extraños, haciendo que puedas pasar por alto los pequeños detalles que serán fundamentales en la resolución de la historia.
Bueno pues Espina Barthu es la chica del momento, y también tiene un objetivo vital de acabar con el hombre que mató a su padre. Esta chica está un poco así como descontrolada, es buena pero se pinza a ratos y se deja llevar por la rabia. Vamos, algo así cuando le tocas las narices
El caso es que Espina se va de crucero bélico y conspirativo con el padre Yarvi, sus colegas y Brand, un chico guapetón que es más de no querer matar. A Espina le hace tilín Brand y a Brand le hace tilín Espina. Debe de ser eso de los opuestos que se atraen. Pero mientras tanto se hacen unas cuantas faenas. Ah, importante, en este periplo llevan a Skifr que es una bruja con pintas pero con elementos mágicos para luchar que les vendrán fenomenal. Skifr está cabreadísima porque alguien mató a su familia y quiere venganza de la buena.
Medio mundo es lo que recorrerá esta compañía de personas heridas, cada una por un motivo diferente, en busca de las alianzas necesarias para hacer frente al Alto Rey y a la abuela Wexen, que son dos señores que desean que todo el mundo haga lo que ellos quieren. La astucia de Yarvi irá consiguiendo, país a país, pueblo a pueblo, sumar fuerzas contra ellos antes de la guerra final que está por venir.